Como oficial de la CIA, Evelyn Salt juró un juramento al deber, honor y país. Su lealtad será probada cuando un desertor la acusa de ser un espía ruso. La sal sale corriendo, usando todas sus habilidades y años de experiencia como agente secreto para eludir la captura. Los esfuerzos de Salt por probar su inocencia sólo sirven para poner en duda sus motivos, ya que la caza para descubrir la verdad detrás de su identidad continúa y la pregunta sigue siendo: «¿Quién es la sal?»